lunes, 11 de julio de 2011

Saudades da minha ignorancia.

En ocasiones echo de menos mis días de ignorancia, donde todo era mas sencillo, básico y practico. Sólo había que trabajar para ganarse la vida, casarse, tener hijos, ir a la iglesia y misión cumplida.
Pero, a un señor llamado Paulo Coelho se le dio por escribir unos libros trascendentales, de los que te hacen pensar, y allí fuimos un@s cuántos detrás de tanta metafísica. Y entonces, en vez de echar la culpa de mis desgracias a la vida, los demás o al sistema, me daba cuenta que la culpa era mía y de nadie más. ¡Menudo golpe a mi orgullo!
De Paulo a Darwin aún tardaron unos 10 años, pero como todo, este señor y su "evolución" terminó por timbrar en mi puerta y hacer de las suyas. ¿Cómo es que ya no soy tan especial, sino un animalito más en la naturaleza?
Si, es importante e imprescindible evolucionar, pero tiene su precio. Dentro de mi ignorancia siempre fui muy atrevida, creía que podría con todo, que era lo mejor que había en el mundo y que el problema estaba en los demás.
Ahora, dentro de mi "sabiduría" cada día soy mas consciente de mis fallos y mis pecados. Y se me hace muy cansino luchar contra eso. Muchas veces tengo la impresión de que la pirámide de Maslow para mi se ha invertido y me encuentro en una pelea constante por la utópica autorrealización aunque pasara hambre y sed.
Por eso que en ocasiones, tengo ganas de desaprender ciertas cosas y volver aunque sea un momento a mis orígenes, que según Macaco, no es retroceder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario